Me han dicho que hay un lugar donde el sol del mediodía no quema, donde las noches de luna llena no te hacen llorar. Me han dicho que en ese lugar te la pasas recostada en la arena, poniendo avisos, mujer condena al que la haga sudar. No sé por qué esa necesidad de viajar tan lejos de la realidad, poniéndote una caretas en el corazón pretendes olvidar. El pasacalle en Campichuelo aquellas noches que bajo un pañuelo me decías "Mi amor, yo nunca te voy a cambiar". Prefiero naufragar en este mar de corcheas locas de atar hasta tus besos olvidar. Prefiero perder el tiempo tomando unas copas de bar en bar y nunca nunca despertar. Tendría que haberle hecho caso a Joaquín cuando dijo lo que dijo esa vez, cuando esa mujer
se iba dándole la espalda. Tendría que haberle hecho caso, así saber bien cómo era en realidad tu frente, tu lengua y tu falda. Por suerte me subí a un tranvía justo cuando me iba a atar a las vías, que me dijo: "Campeón, puedo ayudarte en tu elección". Pero te advierto que este tren consejero, que no sabe lo que es mirar atrás, me ha dicho que en tu estación no va a parar.
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martes, 29 de diciembre de 2009
jueves, 10 de diciembre de 2009
Cuando revisas el archivo de lo que viviste hasta el momento es cuando podes entender que no es el tiempo compartido al lado o cerca de aquella persona lo que te une a ella, sino los sentimientos que se generan gracias a tantos momentos compartidos. Las batallas ganadas, las guerras perdidas, las heridas, las sonrisas, las miradas cómplices, las peleas superadas, los gritos, arrepentimientos, equivocaciones, aciertos, fechas del calendario, alegrías y tristezas, ilusiones y desiluciones, noches, madrugadas, mañanas, tardes, amaneceres y atarcederes; encuentros y desencuentros, abrazos sentidos y te amo bien argumentado. Momentos que fueron lo que fueron porque estabas al lado mío, no hubieran sido lo mismo si vos no estabas ahí, siempre al lado mío, desde el primer día, y sin quererlo vienen a mi cabeza todos los recuerdos de ese día y los que le siguieron a esos, no podría recordar y menos enumerar todas las cosas que vivimos en este año, en un intento por hacer recuento de todo, empezaría por nuestros primeros días en los que como si el tiempo no nos alcanzaba nos veíamos siempre, hablábamos por telefono horas y horas diariamente, el primer te quiero y el primer te amo. La primera carta, la primera despedida, el primer verano invierno primavera y otoño; idas y vueltas que nunca desembocaron en otra cosa que no fuera en intentarlo a pesar de todo. Los mensajes a primera hora de la mañana, tomar juntos la merienda cuando los horarios nos lo permitieran, tantas charlas y peleas que nos permitían conocernos todavía más, los recuerdos más lindos, los momentos más increíbles y la sonrisa en la cara otra vez, nos amamos sin pensar. Entre los dos, ya todo es conocido, no hay que descubrir, sino mucho por crecer juntos.
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